sábado, 11 de abril de 2015

Poema A-23

Un día desperté con el amanecer
llamando a mi ventana,
me daba los buenos días
y se marchó a la noche.

Durante el día pude notar
el olvido y el vacío
en mi caja de sangre.

Durante el atardecer sentía
las risas de las amistades,
llenaban un poco el vacío.

Durante la noche me acordé
de lo olvidado, ¿Cómo podría
olvidar algo así?

Olvidé la soledad y la falta
de calor en mi pecho,
olvide esos momentos
en los que mandan los besos
llenos del sentimiento sincero.

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