La aguja

Sentado en un verde prado,
entra por mis oídos el viento:
"La tormenta pasará, sólo debes
mantener el timón centrado",
a lo lejos tormenta y sus nubes,
el viento ayuda, en este momento.

Durante el día todo era feliz,
hasta que apareció la barca pesquera
para conseguir el pescado carrera
fue la noche, volví al muelle
y allí estaba su barca anclada,
las nubes soltaron la tristeza.

Ahora los vientos me indican
la dirección que cada uno cree
que debe seguir la aguja de mi
brújula, la que me orienta hacia
un norte de bello amanecer
y un cálido anochecer.

Estrofa XXVIII

La vida es cual cigarro,
efímera y de fácil huida,
ansias tengo de tener
un remedio para que
no se consuma
cual chispa en la noche.

¿De quién?

¿De quién son
esas manos?
Las tuyas son,
cuando del pilar
caigo, y antes de clavar
en mi esos cuchillos,
apareces y me salvas del llorar.

¿De quién son
esos ojos?
Los tuyos son,
cuando el barro
me tapa, tú lo apartas,
me haces ver las cosas
como son, mis actos en vano.

¿De quién son
esos susurros?
Los tuyos son,
cuando voy a saltar,
me avisas de los peligros
que hay abajo,
oscuridad afilada del barranco.

Llave hundida en la oscuridad

La llave que busco
hundida está en mi,
en mi propia oscuridad,
en mis actos su maldad
pues me hundo,
solo sin ti.

Una luz aparece
en el teatro de la vida,
la felicidad ilumina
y es la hora de a escena
salir, cual flor que crece
después del invierno en pena.

La prenda del adiós

Con tu recuerdo
en mi cartera,
esperando en el lugar
donde nos conocimos,
y esperando la prenda
del "hasta otra".

Apareciste,
y la sonrisa se fue,
me diste tu aroma
y con un adiós
desapareciste del lugar
y contigo, mi alegría.

Flor inalcanzable

La flor más bella
la más brillante
y con colores varios,
es lo que busco, aquella
que está en mis sueños,
yo y mi caballo galopante.

Voy por el camino
que me brinda el destino,
con una motivación
y la única solución,
encontrar  esa flor,
que me da color.

Llego al campo
de flores, donde se sitúa
la flor, pues aquí actúa
de mi corazón la búsqueda
en la cual, no hay resultados,
no hay nada más, sólo un "algo".

La roca y el río.

Una roca tan dura
como su nombre
decía, y cobertura
de pulido bronce
era su armadura.

Un soleado día,
la piedra tropezó
y en el río cayó,
podía salir,
pero no quería,
pues empezó a sentir
una pequeña fisura
en piel áspera y dura.

El río con su dulzura
agrietó la coraza
la cual recubría
miel petrificada,
y allí se quedó.

La llave

Fragmento de primavera,
de flores me llena
y luego me las arrebata
cual gata enmascarada.

Fragmento de otoño,
caen y se acumulan
las hojas que pasan
por tus ojos, desde retoño.

Fragmento de invierno,
ayuda a derretir el hielo
que en mi corazón siento
y librarme de él quiero.

Fragmento de verano,
el dolor ha conquistado
un cuerpo desolado,
pero el foco me ha iluminado.

En esta vida
hay un último fragmento,
su búsqueda no da pistas,
sólo la paciencia y tiempo
del camino, pues en la vía
hay pedazos de felicidad,
pluma a pluma
se consiguen la alas
que alcanzan el cielo,
de mis cadenas, la libertad.

Cortina de humo

Una cortina de humo,
la que nos separaba veía,
sólo un engaño de perspectiva,
un obstáculo que hacía un muro
en el camino conjunto,
a cada uno nos separaba una vía.

Fue una falsa alegría
y ahora, lleno de angustia
y de la culpa más dolorida
causada por el apagón de su sonrisa,
habrá algún electricista
que te llene de luces y te quite la sangría.

En el denso humo
parte de mi rubí perdí
y de mis ojos salió lluvia,
mas sólo sentí
la soledad más vacía
y la confusión más mareada.

Nidos en el árbol

Un pájaro con sus alas
está entre dos nidos,
uno tiene las hojas
quemadas y caídas
por del fuego sus llamas,
el otro con sus ramas
relucientes y sin defectos,
sólo que entran todos.

¿Por cual se decidirá?
¿Por el quemado,
que ha estado tiempo estacionado,
o por el recién levantado?
¿Por cual se decidirá?

Hay diferencias entre nidos,
uno es fiel al habitante
y al otro no es importante
que habite, sino la belleza
del plumaje, y la certeza
del valor no lo es,
pues mejor uno del otro es.
¿En cual se quedará?

Cementerio del camino

Ando por este camino
lleno de tumbas
y en ellas, fechas escritas,
corazones desgarrados
y papel tintado por el hilo
de la pluma, unidas las letras.

Las tumbas emocionales
esconden partes del rubí
que ahora tienes tú,
te los dí cual cristales
de colección, pues de mí
tienes el pecho, sólo tú.

Llegué por el camino
a tu tumba, en la cual
dos esqueletos había:
uno tuyo y otro ajeno,
y este, tenía el manejo
de apretar mi espiritual
rubí, pues dejar no podía
las lágrimas de "no me lo creía".

Diálogo interior

¿Por qué este pensamiento
reside en mi cabeza?

No tiene argumento,
sin razón hay tristeza
en este temeroso pecho.

¿Será por el miedo
a que se vaya el cielo
y quede la noche?

¿Será por el hielo
que en mi corazón,
vivo y en llamas,
en un hueco reside?

Quien sabe, sólo sé
que mi canción
es, bella por ti
desafinada sin ti.

Ignoro al viento
y su mensaje de olvido,
pues suficiente he vivido
para abandonar mi lamento
y con fuerza latir, por tus notas.

Teatro lunar

En este escenario todo de negro
iluminado por el foco de la noche
que no siempre se muestra
quiere el público ver mis llantos,
en la escena que escucho del viento
sus susurros del olvido.

Aguanto en mis esmeraldas
emborronadas, por la tristeza
y sus consecuencias,
lo trágica que puede llegar a ser
la vida, y lo complicado que es
poder tener un camino sin espinas.