martes, 6 de junio de 2017

Lujuria dorada

En aquel austero tugurio
alejado de la estación, apoyada
una silueta de dorados
cabellos y esbelta figura.

Lágrimas del cielo se funden
y se ahogan en silencio, acompañan,
entre trago y trago, las palabras
de ambrosía que emiten sus labios.

¡Cuan arduo fue el camino!
¡Cuan dulce fue la lujuria
del cuerpo candoroso!

Mas fue el despertar del rubí,
rubí maltrecho por el viento marchito
de la primavera que lo ejecutó,
despertó un pecho y a su latido.

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