Cuando el pájaro,
de bello plumaje
y de vuelo libre,
no está de viaje
y está en el nido estacionado,
este brilla con gran calibre.
Cuando, en el nido,
los pájaros vuelan
y llega el atardecer,
todo empieza a desaparecer,
los lobos aúllan
y los pájaros se han ido.
Cuando los pájaros vuelvan
el plumaje de nuevo brillará,
pues seguro que volverá
del nacimiento la alegría
y de cuando vuelan,
la felicidad y la melancolía.
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