Soldado alemán
de gran armamento
y sorprendente talento,
sus piernas andan
siempre en el campo de batalla.
Gran sorpresa fue la suya
de conocer a una bella dama
en el pueblo de cuya
grandes tradiciones había,
él retornar no quería.
Pues nuestro militar
dejó las armas y cogió sus manos,
dejó la sangre, dejó ese lugar
lleno de balas perdidas y fríos cuerpos,
y se alojó en un acogedor hogar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario