lunes, 23 de marzo de 2015

CXXVIII

En unas pocas horas
conseguiste que esta piedra
se deshiciera cual hielo
creando una llama en su interior
que la llenaba de fuego. 

Siento en el pecho
el calor al que llaman
"El latido de la primavera",
aquel que se acelera
cuando siento tus pétalos
rozando mis labios.

Deseo que el tiempo
decida unirnos la senda
y así poder sentir
el calor de tu mano,
de tu rubí.

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