miércoles, 24 de febrero de 2016

Leyendo el ayer

Andaba por la sala
leyendo rimas del ayer,
noté un cambio de color,
del azul al rojo.

Cuando escribí la letra
que inició mi poesía
esta era de un color azul,
apagado y húmedo,
ya fuera por los males
o por las heridas de flecha.

Pasaron los años y seguían,
azules y húmedos estaban,
pero había un poco rojo,
un poco de calor, de calidez.

En poco tiempo apareció
la inspiración hacía el rojo,
apareció su mirada y su beso,
las flores crecían en el campo,
marchito, maltrecho y sombrío,
que era mi pecho del ayer.

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