lunes, 25 de julio de 2016

Arena pálida

Sentado en la arena pálida,
como la tez de mis sueños,
escucho pasos silenciosos
y ve las huellas invisibles
de la esperanza en la sonrisa
que reluce en su piel pálida.

La luz de la noche observa
una oscurecida y rota alma,
las olas que llegan traen la calma
y con su sonido resonante
apacigua la llama que conserva
un cuerpo de emociones mercante.

Mas este soñador insistirá
sentado en la arena pálida
esperando que las huellas invisibles
se tornen, por el destino, visibles,
mas este soñador se levantará,
la llama se apagará con la brisa.

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