a la más oscura costumbre
que se haya en mi interior,
me rodeo sin piedad, la ausencia
de cuerpos a mi alrededor,
de palabras recíprocas.
En mi hay un pozo profundo
donde guardo toda la oscuridad
para su presencia disimular,
para evitar que me ataque
y hacer que se apacigüe,
pero no tiene sentido,
se escapa por las grietas
de la cobertura del pozo.
Consume mi alma, la manipula
para camuflarse y obligarme
a ver que la ausencia silenciosa
rodea todo mi ser a todas horas,
para hacer que mi alma oscurezca
y como resultado obtener una coraza
y una alma con una coraza externa.
Llega la hora de alimentar
a la más oscura costumbre
que se haya en mi interior,
me rodeo sin piedad, la ausencia
de cuerpos a mi alrededor,
de palabras recíprocas.
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