lunes, 12 de noviembre de 2018

Puertas abiertas

El día ha llegado, las puertas se han abierto,
mi fortaleza de hielo se ha derretido,
vuelve a latir el terciopelo carmesí, 
¿Qué te ocurre, fortaleza carmesí?
¿Por qué lates con tal ímpetu?

Veo por el puente levadizo
una esbelta figura que se acerca
con largos hilos de oro y ojos de madera,
me sonríe, el castillo tiembla.

Noto como se desvanecen
la oscuridad y la soledad,
nacen las antorchas a su paso
alumbrando toda la estancia.

Tiemblo sin saber porqué,
sonrío sin comprender nada,
no puedo siquiera alzarme
mas quiero sentir su tez.

Mis labios no se mueven
casi como si las tinieblas
me rodearan y me susurraran
que no la merezco.

El día ha llegado, las puertas se han abierto,
dejando entrar a la niebla de la incertidumbre 
dejando entrar a las garras taciturnas de antaño,
aún así el terciopelo carmesí late y sangra de nuevo.

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