jueves, 1 de febrero de 2024

Alabardas silentes

El crepitar de las llamas se enmudece,
el fragor de las alabardas se ahoga,
los susurros de la sangre se extinguen,
y a su alrededor, se dibuja con acuarela
el sosiego de alguien cualquiera.

Extensos bosques inundan lugar
mientras grandes lagos brotan de la tierra
albuferas que se ramifican inagotables ríos,
así, siendo un observador y sin ser partícipe
se contemplan las batallas que se están luchando.

Guerras que atentan contra ese alguien cualquiera,
guerras que atentan contra ese lugar imperturbable,
siendo la tinta carmesí aquella que ansía mancharlo
siendo el oxidado acero lo que desea atravesar el vitral,
para trizar la tierra intangible donde reina la serenidad.

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